La mujer es el ser más hermoso y frágil de la creación. Debemos tratarlas con todo respeto y amabilidad, y de ninguna manera humillarlas, someterlas ni menospreciarlas. Son compañeras fieles, no esclavas.
Los hijos son para cuidarlos, llenarlos de cariño y esperanza, y guiarlos con paciencia. Nunca para sacarles algun provecho. Tampoco son nuestro depósito de frustraciones o de expectativas. No son nuestros trofeos ni una copia mejorada de nosotros mismos. Son un regalo para otros. Un día nos van a pedir cuentas por lo que les hicimos y por lo que les negamos. Así que mejor hagámoslo bien.
El trabajo es bueno, no es un castigo. Es la oportunidad de unir esfuerzos para mejorar nuestro entorno y a nosotros mismos. No para competir, o envidiar, o dominar, o ser dominados.
El dinero es sólo un medio para muchos propósitos. Es para compartirlo, no para acumularlo.
La comida es para el cuerpo, y no al revés. Tampoco es para calmar los nervios, la culpa, ni para premiarnos o castigarnos.
El cuerpo es para cuidarlo, no para idolatrarlo.
El sexo es para disfrute y procreación EN INTIMIDAD. No para exhibirlo ni venderlo. Eso nos rebaja por debajo de los animales.
Mucho de lo que consideramos basura, todavía podría ser útil.
La boca, la mente, las manos y las emociones son para construir ambientes positivos, de encuentro, de ayuda, respeto y amor. No para destruir.
Todos o casi todos están de acuerdo con estas cosas. Pero pocos reflexionan y las ponen en práctica de verdad. Si no fuera así, no tendría necesidad de haberlas escrito.
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