miércoles, 30 de mayo de 2012

¿En qué nos quieren convertir las mujeres?

Hoy continúo con el tema de la pareja y en especial voy a puntualizar algunas características propias de nosotros los hombres, pues me he dado cuenta de que existe una cierta tendencia cultural que busca "feminizar" o ablandar a los hombres, y a muchas mujeres se les ha metido en la cabeza que los hombres deberíamos ser más como ellas en algunos aspectos. Es importante podernos comprender entre los sexos, pero necesitamos también respetar y apreciar al otro por lo que es. Y abandonar toda idea de cambiar a nuestros semejantes, tanto menos si se trata de nuestra pareja. El cambio es un asunto estrictamente personal, al que uno sólo puede contribuir significativamente si respeta incondicionalmente al otro.

Dicho esto voy con la caracterización. Los hombres naturalmente somos:

1.- Rudos. La delicadeza es un rasgo femenino. Los hombres en general somos toscos, aunque no insensibles. Sólo que nuestra aproximación a las cosas es más deacarnada, gruesa. Los detalles no se nos dan muy bien.

2.- Prácticos. Muy enlazado con la característica anterior, por lo general a los hombres nos importa muy poco el sentido estético de las cosas. Nos interesa más bien que las personas y las cosas FUNCIONEN. Lo demás puede llegar a ser superficial para nosotros.

3.- Simples. Nos vestimos rápido. Comemos lo que sea. Avanzamos a pesar de todo. Nos enfocamos con terquedad en una sola cosa. Lo esencial. No nos gusta perder el tiempo. No nos gustan lo preámbulos ni los cuentos largos.

Por lo tanto chicas, entiendan si no nos fascinan esas cosas que a ustedes parecen enloquecerlas, como las novelas rosa, los detalles mas pequeños de cada situación, u otras complicaciones probablemente necesarias pero difíciles de soportar para nosotros. Y, caballeros, afinemos nuestro sentido de identidad masculina. Mantengamos firme nuestro carácter,y a la vez comprendamos que lo femenino también importa y es necesario para complementarnos.

Lo dejo hasta acá por hoy. Si algunos colegas de género tienen otros aportes, envíenlos para publicarlos. Si alguna chica tiene otra cosa que añadir, bienvenida sea. La semana que viene, voltearé la moneda. Estaré ajustando nuestra visión de las mujeres. Bendiciones.


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jueves, 24 de mayo de 2012

Yo controlo, tú controlas, nosotros destruimos

Muy buenos días. Hoy quiero ahondar un poco más sobre el tema del control. Quizás no te sientas identificado -a- con esa palabra pero resulta que en más de una forma tenemos la tendencia a querer controlar a los demás a nuestro alrededor.

¿Cómo sabemos si somos personas controladoras?  Pues la mayoría de las veces tenemos la seguridad de que podemos decirle a otra persona qué hacer con su vida. Son personas que buscan que otros hagan lo que ellos quieren. Pueden ser muy activos, emprendedores, y los que no son como ellos son catalogados por estas personas como "quedados".

Tienen las cosas perfectamente planificadas. Y tienen "planes B" para todo. No se les escapa ningún detalle. Piensan que nadie más puede hacer las cosas como ellos. Que si algo va a salir bien, ellos tienen que hacerlo o al menos ir al frente de la tarea.

Con frecuencia la persona controladora coloca la obtención de bienestar material por encima de las relaciones, por lo que puede caer en serias desconsideraciones con sus amistades y pareja por causa del dinero.

Les cuesta horrores disfrutar de las cosas sencillas. Ni toleran bien los errores propios y menos los ajenos. Para ellos los sentimientos son simplemente accesorios y un estorbo, por lo que con frecuencia sufren de varios tipos de dolencias musculares, dolores de cabeza y son muy irritables.

No voy a dar "recetas" para cambiar a personas así, porque eso es precisamente lo que es controlar. Mi experiencia me dice que un mínimo de orden y planificación en la vida son necesarios, pero los imprevistos son parte de nuestro diario vivir. Por otra parte, la vida no es creación del ser humano, por lo que es imposible poder controlar nuestras vidas. Necesitamos de todo tipo de gente y sobretodo,  necesitamos amar y ser amados.

Dios sabe lo que hace, aunque no lo entendamos. Si esto te ayuda a reflexionar, me sentiré honrado. Bendiciones.


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viernes, 11 de mayo de 2012

Combatiendo nuestra violencia

Aqui estoy de nuevo, por un pelo. Y lo digo en serio, pues hace menos de media hora un tipo me amenazó con meterme un disparo porque segun él yo hice algo que puso en riesgo su vida. Resulta que ambos somos motorizados y veníamos bajando por la autopista prados del este hacia la ciudad. Yo no hice ninguna maniobra súbita ni peligrosa, y como el pavimento estaba mojado iba especialmente lento. Pienso que él venía a una velocidad inapropiada y probablemente fui un obstáculo para que él siguiera. Luego él comenzó a insultarme, llegando a decirme "basura" y otras cosas bastante injustas. Yo en primer lugar lo ignoré, pero al parecer eso lo hizo enfurecer y entonces hizo un gesto como para sacar un arma (que gracias a Dios nunca sacó). Yo permanecí tranquilo, esperando lo peor. Al final tomó otro rumbo.

Insisto en que yo no realicé ninguna maniobra peligrosa y menos en contra de algún otro conductor. Sin embargo, todos podemos equivocarnos y yo estoy dispuesto a conversar con esa persona y pedirle perdón por cualquier agravio que le haya causado. Yo también lo perdono.

Quiero agregar que me espanta la realidad de nuestra sociedad, en la que al parecer la violencia tiene rango constitucional. Yo no jugaré en ese equipo. No temo por mi propia vida, porque sé Quien me la dio y sé adónde voy luego. Pero sí me entristece lo que sucede con nosotros y espero que la persona que me amenazó pueda encontrar la paz que sólo Dios puede otorgar mediante Su Hijo Jesús.

Así que sigamos atentos. Sigamos sembrando la paz en medio de nuestro cotidiano desastre. Que Dios nos guíe. Un abrazo.

Ah, y si se encuentran a esta persona, díganle que quisiera conversar con él. Nadie está fuera del alcance de Dios.


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jueves, 3 de mayo de 2012

Lo bueno, lo malo y lo necesario

La vida está llena de situaciones desagradables. Injusticias, guerras, violencia de todo tipo, discriminación, homicidios, pobreza. El hombre sacando provecho de su prójimo de todas las maneras posibles.

Algunas otras veces tenemos momentos o épocas agradables. Tenemos paz, prosperidad, salud y parece que el futuro luce promisorio.

Sin embargo parece que siempre juzgamos lo que sucede en base a cómo nos sentimos hacia el suceso y nada más. En el momento de la tragedia todo lo demás desaparece. Tenemos memoria corta. No recordamos lo que hemos vivido. Nos invade la situación y todo lo que importa es lo que ocurre en el momento.

Pero luego del primer impacto ¿en qué pensamos? Algunos comienzan a culparse a si mismos. La mayoría culpan a otro o a otros. Parece que lo importante es encontrar al responsable y eso es todo.

No obstante, perdemos de vista lo esencial. Como siempre. Perdemos muchas veces la preciosa oportunidad de aprender del sufrimiento. Encontrar al culpable no cambia nada. El sufrimiento ajeno no mejora en nada nuestra propia condición. Pero cuando encontramos la manera de caminar el camino cuesta arriba, el camino incierto de la humildad, entonces podemos comenzar a aprender que toda situación en la vida tiene su enseñanza, su razón de ser. Primero, porque esta vida no es lo único que cuenta. Y segundo, porque ninguno de nosotros está completo en sí mismo. Necesitamos de alguna manera las circunstancias duras y dolorosas para tener la posibilidad de crecer. De desarrollarnos. De alcanzar las alturas mayores.

En mi viaje en esta vida he podido aprender algunas pequeñas lecciones para momentos amargos. Aqui te las dejo:

1.- Aunque en eso te vaya la vida, NO TE DEJES LLEVAR POR LA DESESPERACIÓN. Nunca actúes en base a tu primer impulso. Espera antes de hablar o actuar.

2.- Luego de la primera oleada de rabia, de indignación, de ganas de destruir el mundo, con frecuencia viene el llanto. Simplemente déjalo fluir. Las lágrimas son un medio de salud. No escatimes en ellas.

3.- Comienza a revisar lo ocurrido sin culpar a nadie (ni siquiera a ti mismo -a-). Más bien pregúntale a Dios, ¿qué puedo aprender de todo esto? También es apropiado confiar en Dios y decirle que pones en Sus manos la situación para que Él la maneje para Su conveniencia.

Confiar y descansar requieren tiempo y esfuerzo. No se trata de una actitud pasiva, sino de resistirnos activamente y de manera continua al impulso de resolverlo todo de una vez.

El tiempo está siempre del lado de Dios. Bendiciones.


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