Hoy reflexiono sobre la posición que asumimos frente a los asuntos importantes de la vida, en la que no somos "ni chicha ni limonada". Que no estamos ni de acuerdo ni a favor, sino todo lo contrario. O mejor dicho, no adoptamos una posición firme. A eso se le llama ambivalencia. Significa estar en el medio, mantenerse al margen.
Generalmente esta actitud se toma cuando no estamos seguros, o tenemos miedo de expresarnos, o desconocemos el tema. Sin embargo, cuando se trata de asuntos importantes de la vida, ser ignorantes no es una excusa válida. Necesitamos estar bien informados acerca de lo que acontece en nuestro mundo y en nuestro entorno cercano, y de ser posible participar en él para cambiarlo, para mejorarlo. Nuestra opinión cuenta.
Por ejemplo, es importante preguntarnos, ¿Qué opinamos acerca del aborto? ¿o de la eutanasia? ¿del capitalismo o del socialismo? Quedarnos al margen es peligroso, porque no tener opinión ni posición hace que otros terminen tomando las decisiones que nosotros debemos tomar.
Y si tenemos una posición, una opinión formada con respecto a algo, tenemos la obligación moral de actuar en consecuencia. Ser consecuentes con nuestras opiniones implica actuar, involucrarse, ser activos en fomentar el conocimiento y la acción conjunta para llevar a la práctica nuestras ideas. Así la ambivalencia queda fuera. Necesitamos tener opinión, manifestarla y actuar en consecuencia.
La timidez y el miedo no nos llevan a ningún lado. Si creemos en algo, actuemos, vivamos lo que creemos. De lo contrario, caemos en la hipocresía. Bendiciones.
viernes, 31 de mayo de 2013
Ambivalencia
miércoles, 8 de mayo de 2013
¿Cómo saber si es amor verdadero?
Siempre que nos preguntemos: ¿puedo confiar en esta persona?, o querramos valorar una relación, podemos aplicar estos criterios:
- Tiene paciencia: la persona que ama sabe esperar. No tiene prisa. Sabe darle su tiempo al otro y a sí mismo para pensar, apreciar y poder tomar decisiones apropiadamente. Jamás apresura las cosas ni a los demás.
- Es bondadoso: esta característica se refiere a la tendencia clara del amor a buscar el bienestar de la persona amada, y en general a buscar lo que es bueno, puro, sano.
- No tiene celos: ni tampoco envidia. No existen buenos celos, siempre son malos. El amor da libertad para amar y ama con libertad. Por supuesto que no admite el engaño, pues eso choca con el punto anterior.
- No es fanfarrón ni orgulloso: es decir no se exhibe ni se coloca a sí mismo por encima de nadie.
- Nunca es ofensivo.
- No exige que las cosas se hagan a su manera: sabe negociar y ceder.
- No pierde el control: aunque se enoje, no explota.
- No lleva registro de faltas u ofensas: no saca cuentas, porque sabe perdonar e incluso, olvidar.
- Se alegra de que la verdad prevalezca: aún por encima de sus propios intereses.
- Es persistente: nunca se da por vencido. Jamás pierde la fe. Siempre guarda las esperanzas. Se mantiene firme a pesar de todo.
Así que juzguen ustedes. Lo que no cumple con estos criterios, vale más como interés que como amor.
Bendiciones.