martes, 29 de enero de 2013

Ser positivos ¿por que si?

Meditando en los sucesos cotidianos, y particularmente en esta "moda" del pensamiento positivo, quiero dejar mis reflexiones en negro sobre blanco a este respecto.

Hoy en día son de uso común frases como éstas:

- ¡Cancelado y transmutado...! (refiriéndose a situaciones negativas)
- ¡Piensa positivo!
- Si lo crees, confiésalo y te ocurrirá.

Y muchas otras similares, en las que se pone de manifiesto "el poder de las palabras". Por todo el mundo los "predicadores" de la confesión positiva van dictando charlas, cursos, escriben libros, y millones de personas siguen esta nueva "doctrina" del pensamiento positivo, de la confesión positiva. En círculos cristianos evangélicos, a esto se le llama "confesión de fe", y se defiende como una enseñanza tomada de la Biblia.

No obstante, tales enseñanzas se terminan alejando de lo que ocurre en nuestra realidad cotidiana. La comprobación de tales maneras de pensar echan por tierra las afirmaciones que se hacen respecto a estas supuestas verdades. Y todo esto por una razón sencilla: EL MUNDO NO ESTÁ HECHO PARA COMPLACERNOS A CADA UNO DE NOSOTROS. Ninguno de nosotros es Dios como para que lo que digamos se convierta en realidad sólo así como así. Ni siquiera por mucho que lo creamos o lo repitamos.

La vida está llena de desafíos diarios, de luchas y dificultades. Jesucristo dijo que en este mundo tendríamos sufrimiento. Jamás dijo que dejaríamos de tenerlos mientras viviéramos sobre esta tierra. Lo contrario a esas enseñanzas termina siendo lo que ocurre: que lo que deseamos que ocurra generalmente no sucede.

Lo digo con toda propiedad. El supuesto "Secreto" no tiene nada de secreto ni de novedoso. En esta era de globalización, es importante conocer de dónde son originarias las maneras de pensar que circulan y que se nos enseñan. El pensamiento positivo es una práctica milenaria de origen asiático, especialmente del budismo. Sin embargo, tampoco a los budistas les ocurre todo lo que "piensan positivamente".

Necesitamos hoy más que en otras épocas adquirir sabiduría a la hora de permitir quién nos "discipula" en la vida, quien nos enseña cómo vivir. Necesitamos apropiarnos de la humildad necesaria que a su vez nos permita entender nuestro lugar en este mundo y no pretender ser más de quienes somos. Nuestra superación personal y colectiva no tiene nada que ver con lo que alcanzamos materialmente hablando. Y aunque sí tiene mucho que ver con lo que pensamos acerca de nosotros mismos, no es inflando nuestros egos que conseguiremos crecer en este sentido. Ni mucho menos obteniendo todo lo que queramos.

Yo no estoy invitando a nadie a ser conformista ni tampoco a ser pesimista. Creo que si sigues cierto curso de acción en la vida, puedes lograr ciertas cosas. Creo que si siembras amor, respeto, preocupación auténtica por tu prójimo, vas a tener de vuelta relaciones valiosas, pero también dificultades y no poco dolor, pues la humanidad realmente tiene una gran dificultad para recibir y por lo tanto, para dar amor. También creo que, lamentablemente, si te dedicas a sembrar mentiras y a buscar "éxito" personal y profesional, dinero y prestigio, terminarás obteniendo muchas de esas cosas, pero sin jamás crecer realmente.

El sufrimiento en esta vida es un maestro, no una maldición. Prueba nuestro carácter y nos abre puertas a conocernos mejor, y a poder conocer "el lado secreto" de Dios. No lo despreciemos.

Vivimos en un tiempo en el que abunda el egoísmo. El valor más preciado parece ser la capacidad de hacer lo que me dé la gana, de obtener lo que yo quiera...a cualquier precio. No tiene nada de malo ser positivo, pero tenemos que estar preparados para ganar y para perder también.

Científicamente hablando, sólo en un 8 % de los casos ocurren las cosas que pensamos (negativa o positivamente), y de ese porcentaje sólo en una pequeña proporción las cosas ocurren además como las pensamos. Dios es muchísimo más sabio que nosotros, y si bien es cierto que Él desea cosas buenas para nosotros y nos las da, también es cierto que otras veces no nos las concede, para nuestro bien. Por eso es mejor conocer bien Su voluntad para no frustrarnos, desesperarnos ni tampoco caer en confiar en "cuentos chinos". Un abrazo y bendiciones.

jueves, 17 de enero de 2013

Silencio

Feliz año para todas y todos!

No me había manifestado hasta ahora sinceramente por falta de letra, es decir, de tema para escribir. Además estaba poniendo en orden algunas cosas antes de comenzar.
Voy a comenzar mi año bloguero con una pequeña reflexión sobre el silencio.
Para mi, el silencio es una necesidad. Lo busco con recurrencia para poder entrar en comunión con Dios, para serenar mi alma. No puedo dormir con mucho ruido a mi alrededor.
Estimo quite hoy en día existen demasiadas fuentes de ruido para nosotros. Voces de muchos orígenes que con frecuencia nos distraen de lo esencial. Nos alejan de lo importante en la vida, y nos conducen al desenfreno, a llenarnos de lo que no llena en verdad.
Así que me tomo mi tiempo y busco quietud. Y allí, en medio de mi silencio, voy encontrando paz y comienzo a escuchar la voz de Dios, Quien siempre tiene buenas palabras para mí.
Y tú, ¿te tomas el tiempo para buscar el silencio?
Bendiciones

Published with Blogger-droid v2.0.10