miércoles, 28 de marzo de 2012

¿Qué es el amor?

Hoy me lanzo a una disertación, divagación o atrevimiento sobre uno de los temas más comentados y por lo tanto más prostituidos que existen. La pregunta es hasta una locura, una grosería. Pero me atrevo porque mi intención al abrir este blog era contribuir con el bienestar de todos los que leen o leerán estas líneas. Y el amor definitivamente es el tema para todo el que desee crecer como persona, como grupo, como familia.
Los Beatles cantaron “All you need is love” (todo lo que necesitas es amor).
Los románticos y los despechados se especializan en el amor, correspondido o no para cantar, componer, hacer poesía o prosa, pintar cuadros, etc., generalmente refiriéndose al amor de pareja.
Tenemos incluso un día al año en que celebramos el amor y la amistad ;-)
Así que nuestro concepto del amor tiende a ser más bien romántico, cursi y a veces hasta superficial. O a veces algo trágico, por aquello de los celos, de Otelo y Romeo y Julieta y también por tanto crimen “pasional” que ocurre con tanta frecuencia.
Pero creo que todo ser humano conoce, al menos intelectualmente, que el amor es algo más.
A mi me enseñaron que existe el amor filial (entre compañeros – as), el amor romántico, el amor sexual y el amor ágape o amor trascendental. Amor sacrificial.
Para los que nos confesamos cristianos (ya seamos católicos o evangélicos) la pregunta debería ser algo distinta. “Dios es amor” dice el texto sagrado. Pero ¿qué significa? Otra vez, sabemos al menos “de catecismo” que Jesucristo es la expresión del amor de Dios por nosotros. Amor sin límites.
Hoy en día el amor, entendido como fuerza fundamental que sostiene nuestro mundo y nuestras relaciones, escasea muchas veces. Nuestra sociedad está enferma y yo concuerdo con los Beatles: todo lo que necesitamos es amor. Amor verdadero.
Das amor cuando respetas a los demás y los consideras como compañeros de sufrimiento en esta vida. Al tener cuidado por las necesidades de los demás (de tus padres, de tus hermanos y hermanas, de tus hijos e hijas, de otros que no tienen cómo sostenerse por sí mismos). Amas cuando antepones el interés de otro al tuyo (por supuesto no estoy hablando de permitir el abuso por parte de los demás hacia nosotros, sino de necesidades auténticas). Amas cuando perdonas de corazón. Amas cuando compartes y eres solidario. Amas cuando te duele pero lo sigues haciendo, porque es en beneficio de alguien.
No se puede amar si no se tiene seguro el amor. Si no se está seguro (a) de ser amado, admirado, apreciado, respetado, no se puede amar en retribución. El ser humano no está solo. Vivimos con muchos otros alrededor, todos con necesidad de ser amados. Primero se necesita estar seguro del amor que se nos tiene, esto es fundamental. Todo lo demás es accesorio. Yo particularmente busco asegurarme con frecuencia del amor que Dios me tiene. Recuerdo todo lo que me da gratuitamente, de todo lo que puedo percibir con mis sentidos. Agradezco por la familia en la que nací y la que he formado con mi esposa. Agradezco por mi trabajo. Y por tantas cosas que día a día me demuestran que existe un Dios empeñado en amarnos con todo lo que tiene y lo que es.
No se trata de un acto de fe ciega. La comprobación está ante mis ojos diariamente. Lo que sucede es que podemos pensar que estas cosas que tenemos son producto de la casualidad, o simplemente del trabajo de nosotros los seres humanos. Menos mal que el mundo ya estaba aquí antes de existir el ser humano, sino también presumiríamos de haberlo hecho nosotros mismos.
Por lo tanto, a pesar de los malos tiempos que han venido y que vendrán, yo me mantengo en mi terquedad de apostar al amor. De creer en él. De buscar ese Amor Fundamental que proviene de Dios y que me dice que estoy en esta vida de paso pero con el propósito fundamental de compartir ese amor de todas las maneras posibles con todas las personas posibles mientras tenga vida. Y que aún cuando no siempre me sienta amado, siempre soy amado. Lo que sucede es que mi cabeza loca, o mi cuerpo cansado, o las nubes encima de mí, a veces me hacen perder de vista el Gran Amor que me hizo, me mantiene vivo y le da sentido a mi existencia.
Gracias Amor mío. Dios Jesucristo. Amor total y verdadero.
Feliz Semana Santa. Otra oportunidad para recordar Su amor.

miércoles, 21 de marzo de 2012

El raro talento de mirar lo esencial

     Lo esencial es invisible a los ojos

                                             A. de Saint-Exupery. El Principito.

     Dios no se fija en las cualidades que la gente ve. La gente sólo presta atención al aspecto de las personas, pero el Señor ve su corazón...

                    1 Samuel 16:7 (PDT)

Saludos. Hoy quiero llamar la atención sobre esa costumbre humana tan prevalente hoy de ser superficiales. Y por contraste, del precioso y casi perdido arte de mirar lo esencial. Voy a poner algunos ejemplos de nuestra rampante superficialidad:

- Cuando nos encontramos con algún amigo, luego del acostumbrado saludo y de preguntar como está la familia, por lo general (si es que nos alcanza el tiempo) conversamos del clima, del costo de la vida o del acontecer político. O de algún pasatiempo. Y más nada.

- Como tenemos la compulsión a resolver rápido las cosas, por lo general atacamos los síntomas de las situaciones y no sus raíces.

- Si alguien está triste, generalmente queremos que "se ponga bien" rápido. Somos alérgicos a la tristeza.

- Hacemos nuestra valoración de los demás por su aspecto físico o condición externa. Por su carisma y no por sus ideas.

Estos y muchos otros ejemplos hablan de nuestra falta de profundidad, de verdadero carácter, de madurez. Nos dejamos engañar con facilidad por el aspecto externo de las cosas y de las personas.

Necesitamos recalibrar nuestro sentido de valor. Comprometernos con lo que es verdadero y valioso en nosotros y en los demás. Yo estoy convencido de que esta vida es un entrenamiento para la eternidad. Pero pocos son los que se toman nuestra breve existencia lo suficientemente en serio como para llegar  al punto de menospreciar lo superficial para adentrarse en lo que vale la pena en la vida: las buenas conversaciones, la amistad verdadera, la solidaridad, la amabilidad y el respeto incondicionales, el cariño, la oración profunda, el amor sin condiciones ni egoísmo, el compartir nuestras penas, nuestro dinero, nuestro tiempo, nuestra experiencia. Para enriquecer a otros. La práctica del agradecimiento, del reconocimiento del valor del otro y de su esfuerzo. Poner nuestra atención en la intención del corazón y no tanto en los resultados. Aprender a perdonar. A disfrutar del silencio. Y de la existencia de los que piensan distinto de mí.

Estas y muchas otras prácticas son imposibles de desarrollar de verdad a menos que se alcance un entendimiento más profundo de lo que es el ser humano y de su propósito en la vida. Si nuestra guía para vivir es la opinión de los demás, permaneceremos atrapados por un círculo sin fin en el cual valoraremos nuestra vida y lo que hacemos en función de nuestras siempre injustas comparaciones con los demás. Si sólo nos guiamos por nuestro propio sentido de lo que está bien o mal (nuestra consciencia) sin mirar hacia afuera, nos convertimos en ermitaños y en críticos inmisericordes de todo el que no sea como nosotros.

Esta es una de las razones por las que necesitamos a Dios como juez. Es Él quien tiene un sentido correcto y equilibrado de lo que es vivir. De nuestro valor y significado. De nuestro propósito. Sin Él seguimos siendo esclavos de nuestra superficialidad, sin importar cuanto aparentemos haber logrado o haber crecido en la vida.

Bendiciones.


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martes, 13 de marzo de 2012

El Hombre Nuevo

Hoy continúo con el tema de nosotros los hombres y nuestro machismo incontolable, tratando en esta oportunidad de dejar algunas sugerencias para mis congéneres, aunque también puede ser información útil para las damas.

Un par de consideraciones previas. La primera, necesitamos tomar en cuenta que a nosotros la hormona masculina - la testosterona - también nos modela en nuestra conducta diaria. Nos hace más propensos a la acción, a ser arriesgados y agresivos (que no es lo mismo que violentos), a ser más prácticos y menos sentimentales. No obstante, todas estas actitudes son controlables.

Otro aspecto que tiene importancia es el de los roles femenino y masculino en nuestra sociedad. Tenemos una estructura social en la que la mujer cada vez está más en la calle, trabajando igual que el hombre, y esto resulta en una competencia en el plano laboral. En la casa ya ellas tienen una larga historia de mandato, lo cual nos coloca en una posición comprometida. Yo estoy en contra de cualquier tipo de lucha entre sexos, pues me parece algo ridículo. Ambos sexos tenemos nuestras fortalezas y debilidades, y lo que necesitamos es complementarnos mutuamente. La lucha es por engranarnos dentro de algo más grande. Abandonar nuestras posiciones egoístas y de control sobre el otro y comenzar a vernos como partes de un todo mucho más importante (la familia en este caso).

De esta manera quiero declarar que es posible ver en nosotros, en nuestra alma de hombres el nacimiento de un Hombre Nuevo. Esta noción, por cierto, no es la invención de los fundadores del socialismo ni de ninguna otra teoría política o social. El Hombre Nuevo es precisamente el plan que Dios tiene para con todos nosotros, desde el principio del tiempo. Es la idea que Jesucristo le quiere comunicar a la humanidad, bellamente plasmada en las páginas de la Biblia.

El Hombre Nuevo surge de un encuentro verdadero y transformador con nuestras  limitaciones y luego con la espiritualidad que viene de conocer a Dios. Ese Camino,  esa Vida nueva, provienen del desarrollo y madurez que sólo puede dar Dios en Jesucristo.

El Hombre Nuevo puede ser capaz, a partir de esa constante conciencia de Dios en su vida, de una relación continua y creciente con Su Creador, realmente ser todo aquello para lo cual vino a este mundo. Todo ser humano necesita a Dios. Algunos buscan en sitios muy poco apropiados. Incluso en sitios aparentemente sagrados. Pero la verdad es que necesitamos encontrarlo dentro de.nosotros mismos. Es allí donde Él desea vivir. Es dentro del ser humano donde comienza la verdadera transformación. Cambiar los aspectos externos, buscar "portarnos bien " por lo general no dura mucho. Pero el cambio que ocurre en un ser humano que ha aprendido a mantenerse en contacto con Dios dura para siempre.

Asi que hombre que lees, mi recomendación es sencilla. Busca tiempo para pasar con Dios. Para encontrar paz con Él. Hazle espacio dentro de ti, de tu vida. Si eres consecuente en encontrarte a solas con Él, verás cambiar muchas cosas en ti y alrededor tuyo. Y llegarás a ser un auténtico Hombre Nuevo. Bendiciones.


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martes, 6 de marzo de 2012

¿Qué significa ser hombre?

Esta es una de esas preguntas que todo hombre se hace en secreto, pero que casi ninguno de nosotros le preguntamos a otro hombre, no vaya a ser que nos consideren débiles o lo que es peor, raros. Y precisamente esa es la tónica en cuanto a la masculinidad en nuestra sociedad. Somos víctimas del machismo en nuestro desarrollo como hombres. Ese mal nos mantiene como "niños grandes", en vez de hacernos crecer.

Para comenzar, voy a describir brevemente al macho venezolano, prototipo del hombre criollo. A falta de una buena paternidad, esto es lo que tenemos:

- Sucio por la boca. No se restringe a la hora de proferir toda clase de vulgaridades, lo que además es motivo de risa entre los panas.

- Peleón. Si se llegan a meter con él, que Dios los cuide. Se van a llevar una mentada de madre y si sigues podría golpearte (siempre y cuando no tengas un tamañote con que intimidarlo, aunque en su ira ciega y loca, a veces eso ni siquiera importa).

- Tosco a más no poder. Esto es especialmente visible en su manera de manejar (modo "si te descuidas, me meto antes que tú" y "ceder el paso es para gevas", además de considerar cualquier via medio despejada como una pista de carreras).

- Si tiene alguna duda, prefiere morir a rebajar su orgullo y preguntarle a alguien mas.

- Escasamente sabe freir un huevo, ni hablar de un guiso o algo más complicado como hacer arroz.

- Su trato a las mujeres es su especialidad. Las considera prostitutas a todas, a juzgar por cómo las mira. Claro, la excepción es su madre, a quien reverencia por encima de Dios y de sí mismo (nunca he podido entender esa suerte de culto a la madre, lo que explica que el peor insulto en esta tierra es precisamente la mentada de madre).

- A pesar de considerarse todo un hombre, se deja tratar por otros hombres y los trata a ellos de homosexuales (mari... tal cosa. Mari... tal otra). Ese trato ha sido tan exitoso, que ahora las mujeres también lo usan (y todavía hay quien duda de que la nuestra sea una sociedad machista).

Podría continuar mencionando otras "bellezas" del carácter del hombre venezolano, pero prefiero recibir de.ustedes otras ideas. En la próxima entrega, voy a continuar ahondando sobre el tema, intentando proponer alternativas a esta condición atrasada que sufre la masculinidad. Un abrazo.


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