miércoles, 4 de mayo de 2016

Yo no soy de los fuertes

Soy más bien de los débiles.
No tengo una respuesta en la punta de la lengua para cuando vienen a desafiarme o preguntarme.
No poseo mucho dinero, ni tengo un seguro, ni cosas lujosas que ostentar.
Muy pocas veces tengo la razón, y no sé muchas cosas sobre muchos asuntos.
Prefiero casi siempre ceder que pelear, en parte porque nunca he sido muy fuerte físicamente.
No tengo nada de qué jactarme, porque hay muchos que están muy por encima de mi en muchos aspectos.

Sin embargo, recibo luz en esto:
Por mi debilidad, Dios me fortalece y fortalece a otros por medio de mí.
De mi tontería, Dios habla palabras sabias para mí y para otros.
De mi morir, de mi falta de vida, Dios se hace fuerte en mí para los demás.
De mi pobreza, Dios produce maravillas y riquezas para mí y para los que están cerca.

A Él sea todo el crédito y el reconocimiento por siempre. A mi Padre celestial, al Señor Jesucristo y al Espíritu Santo. Verdadero y único Dios.