jueves, 21 de junio de 2012

El amor tripartito

Muy buenos días. Estoy estrenando nueva imagen y nueva dirección, www.vidaprofunda.com, con miras a expandir este asunto. Gracias por las opiniones acerca del blog. Siempre sus comentarios son bienvenidos. El blog seguirá llamándose el blog del loquero y quiero aclarar que en ninguna manera tiene un sentido despectivo. Considero que mi labor es una de las más necesarias, y que el término locura, a pesar de ser despectivo para muchas personas, en mi caso tiene un uso mucho más amplio, pues considero que cada ser humano tiende de manera natural a la locura, a servirse sólo a sí mismo, al egoísmo. Esa es una verdad incontrovertible. Y mi lucha diaria es por ayudar a revertir esa tendencia natural. Estoy en el mismo negocio que nuestro Creador: el de regresar a lo esencial. A lo vital. A vivir verdaderamente.

Por esto decidí mantener el nombre, pues yo, como tantos otros, y espero con ansias que tú también, soy un tratante de la locura. De mi propia locura, y de la de los demás. Otro día conversaré más acerca del término, para que nos vayamos reconciliando con él.

Pero hoy quería conversar sobre el tema de las relaciones y del amor. Con frecuencia las relaciones fallan porque el amor se ejerce de manera muy incompleta. Tenemos la firme tendencia a dividir al ser humano, y nos tratamos a nosotros mismos como partes. Tenemos relaciones que se quedan en lo físico, en lo corporal, y entonces le damos cabida a ejercicios tan terribles de la sexualidad como la prostitución, en la que se vende "amor". Se tergiversa por completo la hermosa función del sexo y se degrada a la mujer y al hombre por igual.

En otras ocasiones, nos enlazamos en relaciones muy "verticales", como cuando vemos a alguien que tiene nuestra misma edad como un hijo o una hija a quien cuidar. Conozco muchas parejas que mantienen relaciones muy desiguales. Una de las partes de la relación es quien lleva el peso de todo lo que se da, y la otra parte sólo recibe. Y así se mantienen por años, aunque actualmente ese tipo de relaciones no duran mucho. Muchas veces este tipo de relaciones no son tan evidentes, pues el "receptor" es capaz de aportar algunas cosas. Puede ser muy sentimental en la relación, mientras que su función intelectual y su voluntad están como apagadas.

Y es que, en una relación adulta, que tiende a la madurez, que busca permanecer en el tiempo, ambas personas deben estar involucradas por completo. Recordemos las funciones del alma: intelecto, afecto y voluntad. Cada quien se relacionará de una manera diferente, colocándole un peso distinto a cada función dentro de su manera de ser y sus inhibiciones. A estas tres funciones se le añade la función de la intuición, que tiende a lo espiritual, a lo más elevado. Necesitamos entendernos como seres íntegros para no desintegrarnos en el camino de la vida. Necesitamos comprometernos por entero en nuestras relaciones. No podemos querer amar a medias. Eso no es amor.

Se ama con la razón, para no caer en excesos. Se ama con el afecto, para darle energía e intensidad al ser amado. Se ama con la voluntad para que el amor no sea sólo algo bello, sino también algo práctico, palpable, demostrable. Se ama con la intuición para poder ser asertivo, oportuno, desinteresado.

Amemos por completo, o mejor no amemos. ¿O no es mejor estar solo que mal acompañado?

Bendiciones.

1 comentario: