domingo, 18 de diciembre de 2011

Sufrir de los nervios ¿es debilidad?

Una de los principales obstáculos para que una persona decida acudir a un especialista en salud mental es que se piensa que sufrir de los nervios (entiéndase sufir de ansiedad, tener ideas extrañas, o simplemente padecer de insomnio) es sinónimo de debilidad o de "estar loco (a)". Pero lo que he encontrado en mis años como psiquiatra es que, muy por el contrario, muchas de las personas que atiendo son, más bien, seres humanos con una sensibilidad mucho mayor que el resto de las personas.

Me gustan mucho las películas. Hace unos meses vi una cinta llamada "Wanted" protagonizada por James MacAvoy, quien interpreta a una persona con problemas de ansiedad y depresión muy intensos, quien tenía un concepto terrible sí mismo, pensando que era un tonto con una vida patética. Sin embargo, se encuentra con un grupo de personas muy particulares quienes le enseñan que su "problema de los nervios" no era más que el resultado de una falta de entrenamiento, pues la verdad es que él había nacido para desarrollar habilidades sobrehumanas, en este caso para convertirse en asesino profesional.

Quitando por supuesto el asunto de la organización de asesinos, pienso que la idea de fondo es muy útil para nosotros como seres que sufrimos. La verdad es que todos nosotros padecemos en esta vida. Inseguridad, poca estima, o demasiada auto-estima, miedos (racionales o no), y muchas otras manifestaciones son la consecuencia obvia de vivir. Es imposible "pasar lisos" sin ser afectados por nuestra realidad cotidiana en nuestro fuero interno. Pero quisiera plantear que para muchas personas, la realidad pareciera no afectarles tan profundamente, y gracias a ciertos mecanismos defensivos como la indiferencia o la racionalización, pueden soportar los embates de la vida diaria sin colapsar.

Por otro lado, existen personas que pareciera que "se la toman a pecho". Son fácilmente impresionables por la cotidianidad. Se alteran con facilidad. Son impactados por lo que nos sucede a todos con gran intensidad. Y aunque ciertamente no responden con efectividad a ese impacto, no necesariamente esa sensibilidad es sinónimo de enfermedad.

Me parece bien importante cambiar esa mentalidad primitiva en la que fortaleza es sinónimo de "a mi no me pasa nada" o de estar siempre "bien". Vivimos en un mundo cada vez más deteriorado, simplemente porque nosotros mismos somos ajenos a nuestro sufrimiento individual y colectivo. Nos encerramos cómodamente en nuestras burbujas (rutinas, hábitos, entretenimiento y trabajo) y nos ocupamos muy poco de nuestros semejantes.

Insisto, estar triste, incluso llegar a estar deprimido, puede ser también el resultado de una "falta de entrenamiento" en nuestras habilidades sociales y amorosas en general. He visto a un buen número de personas recuperarse de supuestas "depresiones" cuando encontraron una misión en su vida, algo que les dio sentido y utilidad a esos "sentidos fuertemente impactados".

Por eso es importante que reconozcamos nuestro sufrimiento y el de los demás. La siguiente vez que te encuentres con el sufrimiento propio o ajeno, no lo deseches, considéralo como una oportunidad para desarrollar nuevas habilidades. Bendiciones.

2 comentarios:

  1. Es increíble te felicito Lo compartire con unas cuantas personas que conozco

    ResponderEliminar
  2. Estos textos son estupendos y de GRAN BENDICIÓN. Te sigo de cerca... Puedo imaginar en el mediano o corto plazo un libro de texto de gran impacto. Espero seguirte leyendo brother of mine.

    ResponderEliminar