jueves, 11 de octubre de 2012

Nos olvidamos de El

A partir de los últimos acontecimientos electorales, mi pregunta es: ¿qué pasó? He estado pensando, leyendo, consultando, conversando con Dios y con todo el que puedo sobre el tema, y creo que puedo resumir. Puede que a algunos les parezcan obvias las conclusiones a las que llegué, pero si las comparten o no, comenten:
- Una buena parte de la gente se siente molesta, decepcionada, triste. Otra parte está ¿contenta? Supongo, aunque aun no me he topado con la primera persona contenta. Lo que me lleva a la segunda conclusión.
- Por varias razones, este pais está dividido en dos partes. Una, algo más grande que la otra, simplemente está conforme con la realidad nacional y la ve con optimismo y esperanza. Confía en que vamos por buen camino, o piensa que "más vale malo conocido, que bueno por conocer". La otra parte está preocupada con lo que ve a diario y no sabe bien cómo hacer para convencer a los otros de cambiar de rumbo.
Dos maneras generales de ver nuestra realidad. Yo no soy optimista, aunque todavía trato de "entrescar lo precioso de lo vil", de intentar ver lo positivo hasta en lo peor que nos pasa, aunque a veces es imposible. Porque tampoco podemos decirle "bueno" a lo que es malo. Que alguien en una posición de autoridad diga que "a quien no le guste la inseguridad que se vaya del país", es algo censurable, cruel, insensible y malvado.
Termino exponiendo un punto de vista quizás poco considerado por la mayoría. Conversando con un familiar cercano, me dijo que pensaba que todo esto evidenciaba que Dios se había olvidado de nosotros, que nos dejó a nuestra suerte. Como todos los demás argumentos que he oído, son parcialmente ciertos. Pero si me permiten, lo pondré de otra manera. Yo creo que, como nación, somos nosotros los que nos olvidamos de Él. Y con esto no quiero decir que no seamos un pueblo muy religioso. De hecho, es al contrario. A diario veo cadenas de oración, me entero de personas y grupos pidiendo a Dios por la paz del país, por el cambio de mentalidad de los dirigentes, por iluminación divina, por la reconciliación. Y sin embargo, parece que no vemos luz. Necesitamos seguir.pidiendo, pero también necesitamos otro tipo de estrategia que venga de arriba. Reconocer que no es suficiente con "nuestro mejor esfuerzo".  Con nuestro "a Dios rogando, y con el mazo dando". Con eso no nos alcanza.
Esta penumbra durará lo que tenga que durar. La noche es más oscura cuando está por amanecer. Pero cuando estamos "en la boca del lobo" no nos parece que haya salida".
Yo creo que es como dijo Juan el Bautista: lo que se necesita es que Dios crezca en nosotros, y que nuestro ego disminuya (Juan 3:30).
¡Paciencia y esperanza que no todo está dicho!

Published with Blogger-droid v2.0.9

No hay comentarios:

Publicar un comentario