jueves, 19 de enero de 2012

La vida lenta

Hoy quiero compartir lo que ha sido una preocupación personal durante años, y que tiene que ver con nuestro ritmo cotidiano, aunque no es solamente una cuestión de velocidad.

¿Cuánto dura una vida? Hoy en día, expuestos a más violencia y riesgos, la expectativa se acorta. Si a eso le sumamos nuestra natural desesperación por "vivir" (palabra que muchas veces usamos como sinónimo de tener, gastar, parrandear, trabajar hasta el agotamiento, o simplemente llenar los sentidos con lo que sea), pues parece que cada vez nos vamos quedando más y más cortos de vida.

Nos obsesionamos con ser recompensados inmediatamente. Necesitamos recibir todo ya. Se nos agotó la paciencia (si es que alguna vez la tuvimos). Veo mucha desesperación, mucha necesidad por resultados inmediatos. Eso me hace preguntarme y preguntarte acerca de la velocidad de la vida.

Por donde yo vivo, hay una época del año en la que florecen por todos lados las plantas de los vecinos. Salí a tomarle fotos y monté una presentación de Power Point. Disfruto mucho las puestas de sol, los amaneceres, la variedad de la creación de Dios.

A manera de ejercicio, ¿por qué no mides el tiempo que te tardas comiendo? Te sorprendería ver que quizá no llegues ni a los 10 minutos. Siendo que el estómago tarda de 15 a 20 en informarle al cerebro que ya está lleno, no me extraña que la obesidad sea hoy en día un gran problema de salud pública.

¿De qué estoy hablando? Pues de que con el tiempo, si nos descuidamos y seguimos permitiendo que se nos imponga un ritmo de vida que no nos corresponde, terminaremos pagándolo en menos años de vida y en más enfermedad.

Y no se trata de que la prioridad debemos ser nosotros mismos. Nuestra prioridad debe ser tener bien claras nuestras prioridades. No es fácil, porque tenemos demasiadas distracciones en la vida. Demasiadas metas. Demasida tecnología. Demasiadas "necesidades" insatisfechas (unos senos más grandes, un vehículo más moderno, un aparato más sofisticado, más dinero para pagar más viajes, gustos, arreglos de todo tipo). Me parece que necesitamos ajustes importantes, pero aquí arriba (en la cabeza).

Todo tiene su tiempo. Pero pienso que necesitamos con urgencia bajar las revoluciones de nuestra vida en ciertos departamentos. Tomarnos el tiempo suficiente para disfrutarnos mutuamente. Conocernos. Conversar de cosas que realmente nos hagan crecer. Disfrutar de buena música que nos inspire a amar. Pasear (lo cual implica ir lento y fijarnos en los detalles). Escuchar mucho. Permanecer en silencio. Manifestarle nuestro respeto, cariño, admiración o solidaridad a los demás según sea la ocasión. Recuperar el arte en extinción de vivir plenamente.

No permitas que te roben la vida.

Agradezco todos sus comentarios.


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